LAS REVOLUCIONES LIBERALES
REVOLUCION DE 1830
EL TERROR BLANCO
Francia que había sido la cuna de la Revolución y de las ideas ilustradas tuvo que soportar, a la caída del Imperio Napoleónico, uno de los regímenes más reaccionarios de Europa. Los reinados de Luis XVIII (1814 – 1824) y sobre todo, de su sucesor Carlos X de Borbon (1824 – 1830), supusieron la vuelta a la monarquía absoluta que eliminó todas las libertades y conquistadas del periodo revolucionario burgués.
El estado y la sociedad francesa volvieron a estar bajo el control absolutistas, el dominio de la nobleza y del clero. El país entonces sufrió el llamado “Terror Blanco” que consistió en la persecución de todos quienes habían destacado durante la Revolución Francesa o en la era Napoleónica y hasta los simples sospechosos de profesar el liberalismo.
Asimismo se dio una intima alianza entre el estado y la Iglesia Católica. Sin embargo, a pesar de toda la represión que se desplegó, las ideas liberales burguesas no pudieron ser eliminadas. En realidad la monarquía absolutista francesa estaba intentando algo imposible: hacer retroceder la historia y volver a implantar el Antiguo Régimen como si nada hubiera ocurrido en Francia.
Era imposible que la burguesía capitalista, cada día acaudalada se dejara dominar por una legión de nobles parasitarios.
LA REVOLUCION BURGUESA DE 1830
(LA REVOLUCION DE JULIO DE 1830)
CAUSA
La principal causa de la Revolución de julio fue la política reaccionaria adoptada por Luis XVIII y, más tarde, por su hermano Carlos X, que fue proclamado rey en 1824. La nobleza y el clero, ambas enemigas de cualquier proceso progresista, resultaron ser los principales beneficiarios de una política que había aprobado el pago parcial de las tierras que el Estado había confiscado durante la Revolución Francesa , el retorno de los jesuitas (expulsados del país durante el periodo revolucionario) y la entrega al clero del control sobre la educación.
Además, Carlos X tomó diversas medidas que recortaban la libertad de prensa. En marzo de 1830 la Cámara de Diputados exigió la dimisión de algunos de los ministros del rey; como respuesta, Carlos X disolvió la Cámara y ordenó la convocatoria de nuevas elecciones, pero los resultados de éstas demostraron que la nueva asamblea legislativa iba a oponerse a la política del monarca con mayor dureza que su predecesora.
PROCESO
El 26 de julio, pocos días antes de la formación de las nuevas cámaras, el ministro de Asuntos Internos promulgó las denominadas Ordenanzas de Saint-Cloud (así llamadas por ser ese municipio el lugar en el cual el rey Carlos firmó dichas leyes), medidas represivas tomadas por el ministro príncipe de Polignacg, por las que se suspendía completamente la libertad de prensa y se declaraban nulas y sin valor las elecciones.
El pueblo se sublevó, tomando posesión del gobierno municipal en el ayuntamiento parisino. El 29 de julio, después de las denominadas ‘tres jornadas gloriosas’ (27, 28 y 29 de julio), toda la ciudad estaba en manos de los insurgentes. Fue en tales circunstancias que el ejército abandonó al rey y se paso al bando insurrecto negándose a hacer fuego contra el pueblo.
El rey Carlos retiró las ordenanzas de su ministro, pero fue demasiado tarde. El rey tuvo que abdicar y huir a Gran Bretaña. Los más radicales propugnaron el régimen republicano, pero los liberales, apoyados por el marqués de La Fayette , defendieron la instauración de una monarquía limitada, al frente de la cual estaría Luis Felipe, duque de Orleáns, que el 9 de agosto fue proclamado rey de Francia con el nombre de Luis Felipe I, apodado el “Rey Burgués “, regirá Francia hasta 1848 con el respaldo principalmente de la gran burguesía industrial, bancaria y financiera.
ACTITUD DE LA GRAN BURGUESIA EN ELPODER.
La gran burguesía ya en el poder, por intermedio del rey burgués, controló el poder del estado y gobernó en función a sus intereses de clase lo cual implicó que el estado no sólo se apartara de los campesinos y obreros, sino también de la pequeña burguesía integrada por profesionales y empleados de clase media, por ejemplo en vez de establecer el voto universal, se impone el sistema de sufragio censitario que consistía en dar el derecho de eleccionario solo a aquellos ciudadanos que tuvieran recursos económicos holgados.
REVOLUCION DE 1948
CUAL FUE EL PAPEL DEL PROLETARIADO EN LA GESTACION D LA REVOLUCION DE 1848.
La burguesía se apoderó definitivamente del estado en 1830. Los trabajadores, quienes todavía no tenían una conciencia de clase sin conocer cuales eran sus límites y quienes sus enemigos, hicieron en 1830 simplemente el papel de coro a acompañante de la orquesta burguesa liberal.
Los obreros poco a poco irían tomando conciencia de clase, a medida que iban aumentando en número las ciudades industriales, y a medida que iban aprendiendo el grado de su explotación por los capitalistas, los cuales les llevaría a protagonizar algo anárquicamente la revolución de 1848.
CUAL FUE EL PROCESO QUE CONDUJO A LOS HECHOS DE 1848.
Las causas de la revolución de 1848 habría que buscarlas en el desenlace de la revolución de 1830. El rey burgués Felipe de Orleans fue proclamado monarca constitucional y restauro las libertades de 1789.
Todo parecía bien pero existían un detalle, una gran discriminación. Mientras que la gran burguesía estaba satisfecha con ese gobierno y con el voto censitario, los intelectuales de clase media y los obreros aspiraban a una mayor democracia insuflada en el sufragio universal.
El gobierno de Luis Felipe a medida que fueron transcurriendo los años, en vez de ampliar las libertades y derechos para la población mas bien los fue restringiendo, y por el contrario, permitió y participo de una corrupción política desenfrenada.
A partir de 1845la situación se agravo como consecuencia de una aguda crisis económica que afecto a toda Europa. Tal crisis comenzó en el campo con una serie consecutiva de malas cosechas – la papa y los cereales, alimentos básicos del proletariado, se elevaron a precios exorbitantes – y luego se extendió a la industria con la quiebra de empresas, el paro masivo y el hambre generalizada terroríficamente.
Ante tal estado de cosas el pueblo empezó a agitarse a pedir reformas democráticas, a lo cual el venal ministro Guizot se opuso, suspendiendo algunos derechos como el de reunión el de asociación. Entonces los agitadores que reclamaban el derecho del sufragio universal se reunirán en aparentes “banquetes” que en realidad eran reuniones donde se discutían asuntos políticos.
Asimismo a través de la prensa también se forma opinión anti- autoritaria, principalmente mediante “El Nacional” donde el aristócrata Louis de Lamartine escribía enconados artículos liberales, en tanto que en el periódico “La Reforma ” el otro gran ideólogo, pero esta vez socialista, Louis Blanc también hacia lo propio.
LOS SUCESOS DE FEBRERO DE 1848
“El primer estallido revolucionario se produjo en febrero de 1848 en Francia, donde los defensores del sufragio universal y los socialistas, liderados por Louis Blanc, derrocaron al rey Luis Felipe I de Orleans y proclamaron la II República. Sin embargo, la falta de consenso en el gobierno a causa de las reformas políticas y económicas provocó cruentas luchas en las calles de Parí”.
En tal situación, el 21 de febrero de 1848 tuvo lugar una gran marcha pública, compuesta por obreros y pequeño burgueses que iban a festejar la destitución del odiado ministro Guizot, sin embargo estos fueron acribillados por la policía.
Entonces el pueblo enfurecido, casi espontáneamente levanto barricadas. El rey ordena al ejército tomar represalias, pero los militares se niegan a reprimir la población. El rey Luis Felipe abandonado por el pueblo y por los militares tuvo que abdicar.
Entonces la pequeña burguesía y el proletariado al grito de Viva las Reformas proclaman la Segunda República con el liderazgo del burgués liberal Lamartine. El socialista Louis La Blances elegido ministro y reclama un conjunto de derechos sociales, políticos y laborales para el proletariado que estaba desocupado debido a la crisis económica. Casi simultáneamente se produjo un debate entre liberales pequeño burgueses y proletarios socialistas respecto a la continuidad y respeto de la propiedad privada.
ACTITUD DE LA BURGUESIA FRENTE AL PROLETARIADO
Se consiguió el establecimiento del sufragio universal, pero ante la radicalización del proletariado Lamartine, representante de la pequeña burguesía se alió con la gran burguesía, destituyo al ministro socialista Louis Blanc, disolvió los Atelier o talleres estatales que se habían creado con el fin de dar ocupación a los trabajadores desempleados y elimino la comisión de trabajo con ese fin.
Ante semejantes medidas reaccionarais, el proletariado, esta vez, sin aliados, se volvió a amotinar, nuevamente se levantaron barridas. Lamartine inmediatamente fue sustituido por el sanguinario Cavaignac, quien con el respaldo de la asamblea Nacional se dedica a reprimir salvajemente a los proletarios socialistas y revolucionarios.
EPILOGO
“A finales de 1848 fue elegido presidente el sobrino de Napoleón Bonaparte, Luis Napoleón (más tarde Napoleón III)”
Así pues, lo que se vió en 1848 es que en todas partes, obreros y pequeños burgueses juntos dieron pasos importantes hacia la democracia pero también en todas partes cuando la pequeña burguesía consiguió el poder, termino marginando y reprimiendo obreros. Fue por ello que el pueblo obrero a partir de ese momento seguirá su propio camino sin mezclar sus intereses con los de la burguesía demasiado moderada y oportunista. En adelante las revoluciones tendrán un olor distinto: alas revoluciones burguesas iban a seguir las obreras.
CONSECUENCIAS
- Dio origen a movimientos en favor de la unificación nacional en los estados alemanes e italianos.
- Los liberales alemanes formaron una Asamblea nacional de toda Alemania en Frankfurt del Main. No obstante, el gobierno provisional no llegó a tomar una decisión sobre el régimen del nuevo Estado y acabó por restaurarse el antiguo sistema, aunque hubo estados como Prusia que establecieron una Constitución.
- Las insurrecciones que se produjeron en Italia obligaron a huir al papa Pío IX; Giuseppe Mazzini, patriota italiano que propugnaba la unificación italiana bajo un régimen republicano, proclamó la República Romana en 1849, pero ésta no tardó en ser abolida.
- Lo mismo ocurrió en Lombardía y Venecia, sometidas a los austriacos, que declararon su independencia apoyados por el reino de Cerdeña; sin embargo, las tropas austriacas dirigidas por el general Radetzky sofocaron duramente la revuelta tras derrotar a los italianos en Custozza.
- Aunque todas estas revoluciones fracasaron, la corriente en favor de la unificación adquirió fuerza en los años siguientes: Italia culminaría este proceso en 1861 y en 1871 lo hizo Alemania.
- El aumento del sentimiento nacionalista entre los checos, húngaros, alemanes y otros pueblos que se encontraban bajo el dominio del Imperio austriaco ocasionó revueltas, y el príncipe Klemens von Metternich y el emperador de la Casa de Habsburgo, Fernando I, fueron derrocados en marzo de 1848.
- Las insurrecciones en Viena permitieron la formación de una asamblea constituyente y la emancipación del campesinado. En Praga, se reunió una asamblea de los eslavos sometidos al Imperio austriaco, pero el enfrentamiento entre checos y germanos permitió al ejército austriaco sofocar la rebelión.
- En Hungría, que se hallaba bajo el poder de Austria, Lajos Kossuth asumió el control de un gobierno que declaró la independencia de todos los territorios húngaros. No obstante, su nacionalismo extremo le granjeó la enemistad de numerosos grupos minoritarios.
- Finalmente, los serbios, croatas y transilvanos, ayudados por Austria y Rusia, pusieron fin al conato independentista húngaro al año siguiente. En España, bajo el reinado de Isabel II, las Revoluciones de 1848 tuvieron un efecto menor que en el resto de Europa. Sólo en Madrid, Sevilla, Valencia y Cataluña se produjeron insurrecciones de cierta importancia, que fueron duramente reprimidas, por el general Ramón María Narváez.
GENERALIDADES
El fracaso de la revolución de 1848 parecía postergar, indefinidamente el triunfo de las ideas nacionalistas y el sueño de Mazzini de una Italia bajo un régimen republicano. Sin embargo, apenas a diez años mas tarde un movimiento monárquico logró la unidad de la península. Sus diarios atacaron al gobierno austriaco, impuso fuertes derechos de aduana a los mercados imperiales y ordenó repetidas movilizaciones del ejército sardo. Francisco José intimó al rey de Cerdeña que desarmase sus tropas en un plazo de tres días.
El día en que las fuerzas austriacas penetraron en Italia, los franceses avanzaron con Napoleón III a la cabeza, y los austriacos, vencidos en Magento y en Solferino (1859), abandonaron Lombardía. Sobrevino así, en julio de 1859, el armisticio de Villafranca.
Austria cedió Lombardía, entregada al reino de Cerdeña, pero conservo Venecia. Cavour trató de proseguir la guerra por su cuenta, pero Víctor Manuel II, con tino político, adhirió al tratado de Zurich, que ratificó el armisticio.
La victoria sobre los austriacos despertó el entusiasmo en toda Italia, y al mismo pueblo promovió la incorporación de otros estados a Cerdeña, como Parma, Módena y Toscana, que lo hicieron después de algunas sublevaciones. Lo mismo ocurrió en el territorio papal de Roma, cerca de Toscana.
En el reino de las Dos Sicilias estalló una sublevación nacionalista, apoyada por las fuerzas del general Garibaldi, uno de los constructores de la Italia contemporánea. Era republicano y librepensador, su coraje proverbial y su devoción por la libertad eran desinteresados. Derrotado en las revoluciones de 1830, luchó contra Rosas en Montevideo. Regreso a Italia en 1848, y combatió a las ordenas de Carlos Alberto. Integro con Mazzini el gobierno e la República Romana. Después debió expatriarse.
Después de Villafranca, Garibaldi organizó en Génova un cuerpo de mil voluntarios, que en un mes conquistaron la isla de Sicilia, pasaron a la Península y entraron triunfalmente en Nápoles. Las Dos Sicilias se unieron al reino de Cerdeña.
Garibaldi se encontró en Nápoles con Víctor Manuel II, que había llegado después de conquistar los estados de la Iglesia , excepto la ciudad de Roma.
Al terminar 1860, sólo Venecia permanecería aun en poder de Austria y Roma seguía siendo el último dominio de los papas.
A principios de 1861 se reunió en Turín el primer parlamento nacional y confirió la corona de Italia a Víctor Manuel, al que proclamó “rey de Italia, por la gracia de Dios y la voluntad de la nación” (marzo de 1861). Tres meses después falleció Cavour.
La guerra de Prusia contra Austria fue precedida de un movimiento diplomático en el que el ministro prusiano Bismarck convino con Italia que esta invadiría Venecia si Prusia declaraba la guerra a Austria (abril de 1866).
La guerra fue desfavorable para los italianos, pero como Prusia aniquila a Austria, Italia adquirió Venecia y los austriacos salieron de Italia.
Víctor Manuel II se había comprometido con Napoleón III a mantener el dominio del papa sobre la capital del mundo católico. Pero cuando en agosto de 1870, estalló la guerra franco prusiana, Napoleón III debió retirar la guarnición que mantenía en Roma.
Inmediatamente las tropas ocuparon Roma, a pesar de la resistencia de la guarnición papal y de las protestas del pontífice (20 de septiembre de 1870).
Víctor Manuel declaró que Roma, era la capital del reino de Italia, poniendo fin al poder temporal del Papa, creado mas de mil años antes, en la época del rey franco Pipino el breve en 756.
El Papa se negó a aceptar la anexión de Roma por Víctor Manuel, cuya autoridad desconoció. Como protesta, se encerró en el palacio del Vaticano, considerándose prisionero. Así nació la llamada cuestión Romana.
El gobierno italiano, que deseaba resolver cuanto antes tan desagradable situación, promulgó la ley de Garantías en 1871, por la que le reconoció la inviolabilidad y las prerrogativas personales de que gozan los soberanos, y garantizo su independencia y el libre ejercicio de su autoridad espiritual, pero le negó todo poder temporal. Esta ley nunca fue reconocida por la Santa Sede.
La cuestión romana fue resuelta por el tratado San Juan de Letrán de 1929. El papa fue reconocido, de nuevo, como soberano temporal de la ciudad de Roma. Se le asignaron todos los derechos y atributos propios de los estados soberanos. Entonces los papas abandonaron el encierro en el palacio del Vaticano, iniciado en 1870.
GENERALIDAD
En Alemania subsistieron los 38 Estados de la Confederación Germánica , cuyos soberanos, absolutamente independientes, solo debían coordinar su política internacional en la Dieta. Esta reunida en Francfort bajo la presidencia de Austria, debía resolver casi todos sus asuntos por unanimidad, lo que le resto eficacia.
Ocho reyes, seis grandes duques, nueve duques, once príncipes y cuatro ciudades libres integraron la Confederación Germánica , donde predominaban Austria y Prusia. Una de estas debía unificar a Alemania.
El imperio austriaco, formado por diversas razas, que constituía distintas naciones, debía oponerse al nacionalismo, que significaría su desintegración.
El reino de Prusia, en cambio, era parte de la nación alemana, sus habitantes eran germanos, excepto un reducido núcleo polaco, al este. Además, el nacionalismo se había desarrollado poderosamente en Prusia, y por esto había luchado contra Napoleón, después de la campaña de Rusia. Por otra parte, a mediados del siglo XIX (1850), el rey de Prusia estableció el régimen constitucional en sus estados. Todo esto hacia Prusia el centro de la unificación de Alemania.
DESARROLLO.
1. GUILLERMO I. El príncipe Guillermo de Prusia gobernó como regente, por enfermedad de su hermano, Federico Guillermo IV (1858), y luego como rey, a la muerte de este (hasta 1871). Guillermo I era trabajador, concienzudo y practico. Creía en el origen divino de su poder, al que deseaba afirmar con su gran ejercito.
2. BISMARCK. Nacido de una familia de la nobleza prusiana, era ultra monárquico, sostenedor del derecho divino de los reyes y enemigo de la democracia y de los parlamentos. Para realizar la reforma militar que se proponía Guillermo I. Bismarck prescindió del parlamento e inicio una verdadera dictadura que duro cuatro años (1862 – 1866), el rey fijo los impuestos sin preocuparse de las protestas de los liberales, y decretó la reforma del ejército, sin esperar la aprobación del Parlamento.
3. GUERRA FRANCO – ALEMANA.
Los estados del sur de Alemania unidos a los de Prusia, formaron un ejército de uso 500000 hombres. Francia no podía oponer más de 200 000, mal organizados y mal dirigidos. Además, Napoleón III, enfermo, no pudo asumir el mando de lo que llamo, pomposamente, ejército del Rhin.
La guerra, que duro seis meses (julio de 1870 a enero de 1871), se dividió en dos etapas, la imperial y la republicana.
En la primera, de unas cinco semanas, los alemanes vencieron a Napoleón III, quien debió capitular, en Sedan el 1 de septiembre de 1870, mientras se dirigía a auxiliar al ejército de Lorena sitiado en Metz.
Esta capitulación produjo la insurrección de París, dirigida por León Gambetta. (Proclamación de la III República ).
Napoleón III fue destronado y se restableció la III República en septiembre de 1870. De inmediato se formó el gobierno de la Defensa Nacional , cuyo más notable dirigente fue Gambetta. En la segunda etapa, que duró unos cinco meses, el nuevo gobierno declaró a la patria en peligro, como en los tiempos de la Revolución Francesa. Pero las circunstancias habían cambiado, y los simples ciudadanos no podían pelear contra los ejércitos bien organizados y armados. Los alemanes sitiaron París. Gambetta escapó en un globo, y desde Tours promovió la insurrección nacional contra los invasores. El ejército sitiado en Metz capituló. El bombardeo, el hambre y el frío de un invierno rigurosísimo, hicieron capitular a la ciudad el 28 de enero de 1871. El armisticio de Versalles estipuló la rendición incondicional de los franceses.
Francia elige después una asamblea Nacional: Thiers fue nombrado jefe del poder ejecutivo y se concretó con el imperio alemán – fundado en el mismo palacio de Versalles, pocos días antes del armisticio – el tratado de Francfort en mayo de 1871.
Francia cedió Alsacia, con al ciudad de Estrasburgo y la parte oriental de Lorena, con la ciudad de Metz. Se comprometía a pagar una indemnización de cinco mil millones de francos y mantener, hasta el total cumplimiento de la misma, un ejército alemán de ocupación.