El 05 de junio del 2009, el gobierno de Alan García, empecinado en imponer a los pueblos amazónicos, Decretos Leyes, que significaban la puesta en venta de sus tierras al mejor postor. Este intento de venta de tierras indígenas por parte del estado, tuvo que hacer frente a una irrupción popular. Cansado el pueblo de la política de no diálogo que caracteriza al gobierno, respondió de forma categórica con un rechazo absoluto, el cual derivó en una crisis social, la cual fue provocada y agudizada por la forma intolerante en como actuó el gobierno del Dr. García.
Transcurridos dos años de aquellos funestos acontecimientos,que costaron la vida de muchos compatriotas civiles y policías, la pregunta que aún sigue latente es ¿quienes fueron los responsables de estos acontecimientos lamentables?.Siguen aun vigentes así como las dudas algunas lineas que publicamos hace casi dos años reflexionando sobre estos sucesos.
Transcurridos dos años de aquellos funestos acontecimientos,que costaron la vida de muchos compatriotas civiles y policías, la pregunta que aún sigue latente es ¿quienes fueron los responsables de estos acontecimientos lamentables?.Siguen aun vigentes así como las dudas algunas lineas que publicamos hace casi dos años reflexionando sobre estos sucesos.
Luego de marchas y contra marchas acabó derogando los D.L 1064 y 1090 que en las últimas semanas desencadenaron la protesta del pueblo peruano. Resultará muy difícil para el gobierno pro imperialista del Dr. García olvidar los hechos del 5 de junio último, cuando por seguir porfiadamente, los designios de las transnacionales y el imperialismo principalmente norteamericano, sacrificó las vidas de policías e indígenas en su afán de poner en práctica lo que ya había mencionado en su artículo “El Síndrome del Perro del Hortelano” (Diario el Comercio 28 de Octubre del 2007), la apropiación por parte del estado de terrenos de comunidades o campesinos amazónicos, con el objetivo de venderlos y/o alquilarlos a las transnacionales. Y si aún tiene algunas dudas: “Existen verdaderas comunidades campesinas, pero también comunidades artificiales, que tienen 200 mil hectáreas en el papel pero sólo utilizan agrícolamente 10 mil hectáreas y las otras son propiedad ociosa, de “mano muerta”, mientras sus habitantes viven en la extrema pobreza y esperando que el estado les lleve toda la ayuda en vez de poder en valor sus cerros y tierras, alquilándolas, transándolas por que si son improductivas para ellos, si serian productivas con un alto nivel de inversión o de conocimientos que traiga un nuevo comprador”.(Alan García Pérez, “El Perro del Hortelano”, 28 de octubre del 2007).Palabras del propio presidente que echa por los suelos el argumento sobre la mala interpretación de su ideas, o que hay una desinformación por parte de los indígenas amazónicos y por tanto manipulación de sectores radicalizados.
El clima de descontento se justifica si recordamos que ya en Agosto del 2008 frente a una gran paralización de las comunidades indígenas, convocada por Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), el congreso derogó los D.L 1015 y 1073, comprometiéndose el presidente del Congreso ha conformar una Comisión Multipartidaria que emitiría un informe sobre los decretos que los pueblos amazónicos consideraban lesivos para sus intereses. Sin embargo recurriendo a múltiples dilaciones, el gobierno y el Legislativo fueron postergando la salida al problema, iniciando los amazónicos el 9 de abril del 2009 una paralización general.
Durante el mes de Abril se intentó de la misma forma un diálogo entre representantes de Aidesep y el Premie Yehude Simon, sin llegar a ningún acuerdo; para el 9 de mayo el gobierno declaró en emergencia algunos distritos amazónicos de 5 regiones del país. De allí en adelante, veremos como el gobierno en su intento de desvirtuar la movilización popular esgrimió teorías, como la de la conspiración internacional (Chávez – Evo), la incapacidad mental de los indígenas amazónicos de plantear cuestiones políticas - por tanto se encontrarían manipulados-, la teoría que en nuestra sociedad hay personas de primera clase y de segunda.
Veremos como bancadas defensoras del neoliberalismo (UN, Fujimoristas) cierran filas con el APRA; como la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, se muestra en cámaras inmutable, pero cuando ya tiene en hombros muertes de seres humanos producto de su negligencia, deslinda su responsabilidad y de manera vil hecha la culpa a los mandos policiales.
Surge entonces la pregunta, ¿Por qué llega el gobierno a hechos funestos como el 5 de junio?, la respuesta va por la necesidad del gobierno en aplicar las imposiciones del imperialismo norteamericano a cualquier precio; la táctica, aparentar diálogos para luego desencadenar la represión.
Los decretos legislativos buscaban principalmente beneficiar a transnacionales para la explotación de enormes áreas en nuestra amazonia ricas en recursos naturales (maderas, agua, petróleo, gas, etc.).
Frente a ello, ¿Qué nos queda?, el camino que nos va enseñando el pueblo en estos años, el camino de lucha, y de la defensa de sus derechos fundamentales, nuestro pueblo ha aprendido en todos estos años de repliegue político general que el modelo neoliberal y el gobierno pro imperialista no representan ni defienden sus intereses y surge en el seno del pueblo la necesidad de una dirección que canalice sus demandas y encause su defensa.
Sólo esperamos que el gobierno haya aprendido la lección que acaba de darle el pueblo en la Amazónico y no continúe empecinado en aplicar la represión como ley característica de su accionar, aunque es necesario remarcar que vislumbrando la política implementada por el gobierno y sus acciones “La ley del gobierno pro imperialista es no escatimar sangre del pueblo con tal de cumplir sus designios antinacionales”…. Sin embargo…. la ley del pueblo también es aplicar cada vez mejor, y con nuevas formas, banderas de lucha sectoriales, regionales, nacionales, sin soslayar las de clase, en contra de la creciente desigualdad, como única forma de impedir que se consumen los delirantes afanes del gobierno” (Revista Vórtice No 11, pag.6).
