7/02/2010

UNA FORMA DE ENSEÑANZA DE LA HISTORIA UNIVERSAL A PARTIR DE LA CONTRADICCION: LA CIVILIZACION DE MESOPOTAMIA


 Alberto Rivera
betorh58@hotmail.com
“En síntesis, para el conocimiento es clave la síntesis; para la síntesis es clave sacar la ley; para sacar la ley es clave capturar la contradicción principal; para capturar la contradicción principal es clave detectar cual es la contante históricamente. Y apara esto último es clave tener una mente con sentido de proporción, que sepa balancear, discriminar, comparar, relacionar, jerarquizar, clasificar, descartar, triangular, enfocar en perspectiva, formular hipótesis, inducir, deducir, etc.”
(Revista Vórtice, No 11, 2008: 5)
                                                                                       
A sugerencia de jóvenes estudiantes que se preparan para la universidad, surgió la necesidad de esbozar una forma de comprender las grandes civilizaciones de la humanidad, desde una perspectiva que permita entender el proceso de la historia y no sólo memorizar nombres. Cuando se analiza la Historia Universal debe tenerse en cuenta un análisis y estudio de la historia como proceso; encontrando  que en ella se desarrollan y desenvuelven ondas, ciclos, de dilatación y contracción (Vórtice  No 14: pág. 13), como forma de expresión de la ley universal, la contradicción. Para graficar de mejor manera este enunciado cogeremos un ejemplo de la Historia Universal.
Mesopotamia, quiere decir (entre dos ríos) y es que los ríos Éufrates (Buranum en sumerio) y Tigris (Idiglat en sumerio) bañan el gran valle donde se desarrolló su civilización, uno de los centros originarios de la humanidad; allí donde hoy, el pueblo de Irak, país como se llama actualmente, despliega una heroica lucha de resistencia contra el invasor norteamericano que pretende apoderarse de su riqueza petrolera.
Tres zonas se dibujan en Mesopotamia, una norte denominada, Alta Mesopotamia (donde se ubican ciudades como Assur, Nínive, Kalakh y Dur – Sharrukin), una zona en el centro, Acad, donde se ubicaron las ciudades de Babilonia, Kish, Sippar, Dur – Kurigalzu y Agadé; y finalmente una zona sur, Sumer, donde se levantaron Eridú, Ur, Uruk, Lagash y Nippur.
Hacia el milenio IV, surgieron luego de la revolución neolítica, urbes o ciudades, como Eridú (primer asentamiento), Uruk (la Erech bíblica) al sur, donde a partir del control ideológico por medio de la religión, se construyeron ricos templos (Zigurats) que no sólo sirvieron para adoración, sino principalmente para acumulación de excedentes productivos y el sustento de una rica clase sacerdotal, que dirigió el estado y la producción.
La necesidad de una óptima administración de los ingentes recursos que almacenaban los templos, llevó a la invención de una forma de escritura, la cuneiforme. Estos revolucionarios logros culturales, fueron desarrollados por un pueblo los sumerios (inventores de la escritura cuneiforme, arado y rueda). Pueblo inmigrante, los sumerios,  conformaron las denominadas ciudades – estado (Adab, Eridú, Isin, Kis, Lagash, Larsa, Nippur y Ur.), caracterizadas por sus leyes y autonomía política. Denominada también como Sumer, destacó en arte, arquitectura y tecnología agrícola, llevando su necesidad económica y social de contabilizar el excedente productivo, acumulado por la clase dominante,  no sólo al empleo de un sistema de cuantificación y contabilidad (la numeración y posteriormente la escritura cuneiforme), sino también a la creación de un calendario agrícola para un mejor control del tiempo de siembra y cosecha en los campos. Carlos Marx, acertadamente decía “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general”.
Esta acertada afirmación  nos permite entender que toda gran civilización o todo análisis social pasa por estudiar previamente las condiciones materiales, reales y concretas de un pueblo; la forma cómo resolvieron el problema de producción (satisfacer sus necesidad básicas y que formas emplearon), cómo se interrelacionaron los hombres al momento de producir.  Sólo realizando previamente este análisis, podemos comprender las realizaciones  ideales o culturales creadas por las grandes civilizaciones, por ejemplo, la necesidad concreta de contabilizar el excedente productivo en las ciudades estado del Sumer, llevó a crear la numeración, la necesidad de manejar los tiempos de siembra y cosecha, los tiempos de lluvias y sequias llevó a los hombres a crear, el calendario.
Durante esta primera etapa del proceso histórico de Mesopotamia caracterizada por su dispersión en múltiples unidades política (ciudades – estado); se gestó la necesidad de unión, de la misma forma como la materia dispersa tiende a la centralización y unificación. Etana rey de Kis (2800 a.n.e) “el hombre que estabilizó todas las tierras” ensayaría los primeros intentos de unificación, Meskiaggasher, extendió la región desde el Mediterráneo hasta los montes Zagros,  y otros gobernantes, Enmerkar y Lugalbanda, serian los protagonistas de un ciclo de cuentos épicos que constituyen la prueba más importante de estos primeros intentos de unidad.
Hacia el  27000 a.n.e, las contradicciones entre las clases dominantes que dirigen las ciudades estado en Sumer, provocaron múltiples enfrentamientos en su afán de hegemonizar la zona, Enmebaragesi (c. 2700 a.n.e), gobernante de Sumer, se enfrentó al reino de Elam. Gilgamesh desde la ciudad de Uruk logró una posición política destacada bajo su liderazgo en toda el área (c. 2700-2650 a.C.), sus hazañas se encuentran en el célebre Poema de Gilgamesh.
Hacia mediados del milenio III,  Sumer se encontraba en un claro declive. Las ciudades-estado sumerias iniciaron constantes luchas internas, agotando sus recursos militares, el poder sumerio había decaído a tal extremo que ya no pudo defenderse contra invasiones extranjeras.
De esta manera, fueron configurándose las condiciones internas para una gran síntesis o contracción, cuando un grupo cultural, los acadios, bajo una correcta dirección en la figura de su líder Sargón de Acad, unificó  sumerios y acadios en un solo imperio, el primer gran imperio de la humanidad. El rey  Sargón I el Grande (que reinó hacia 2335-2279 a.C.) conquistó toda la zona y fundó una nueva capital en Agadé (Acad), al norte de Sumer, y se convirtió en la ciudad más rica y poderosa del mundo.  A esta primera etapa en el proceso histórico de Mesopotamia se conoce como Periodo Sumerio – Acadio.
Si embargo este periodo caracterizado por la unidad, no fue eterno, recuérdese que la historia es dinámica, nada permanece estático sino esta en constante cambio; nuevas contradicciones internas irresueltas generarían una nueva dispersión que tuvo sus puntos más álgidos cuando pueblos como los Guti y los Amorreos, invadieron la zona, inaugurando una nueva etapa de dispersión y dilatación en la civilización de Mesopotamia.
La necesidad de un nuevo centro unificador y de dirección generaron las condiciones para que emergiera de la dinastía amorrea instaurada en  una ciudad - estado llamada Babilonia, un monarca que  se convirtió en uno de los más importantes de este nuevo periodo, nos referimos al rey Hamurabi, célebre por su famoso Código, conocido también como “Ley del Talión” (Ojo por Ojo). Este nuevo periodo de contracción y unificación ha sido denominado, Primer Imperio Babilónico (hacia el 1760 a.C.).
Un aspecto sustancial fue que Hamurabi  sabedor que no sólo con la conquista militar se logra la unidad incidió en mecanismos de control ideológico (la legislación) como elemento aglutinante. El código de Hamurabi, nuevo conjunto de dispositivos legales, tendría un objetivo principal, la defensa de la propiedad privada de la clase dominante en Babilonia, legitimándola con el culto al dios Marduck. En sus amplios dominios estableció como idioma oficial la lengua acadia y como religión nacional el culto a Marduck. Esta unificación a su vez generó contradicciones con los pueblos dominados por Babilonia, trayendo consigo los primeros levantamientos de ciudades - estado contra Babilonia (Ur, Uruk, Larsa, Eshunna).
De esta forma Babilonia se convirtió en el centro no sólo aglutinante sino dominante en toda el área de Mesopotamia, pasando a ser hegemónica en la región y a dominar amplias tierras agrícolas, numerosos canales de irrigación, y una numerosa mano de obra; el fluido comercio convirtió a Babilonia en el más importante centro comercial del Medio Oriente, esto se refleja concretamente por sus ricas construcciones  (templos y palacios).
Este periodo de unificación o contracción  expresó constantes contradicciones internas que poco a poco debilitaron el poder militar de Babilonia trayendo como consecuencia, un periodo de dispersión, cuando pueblos denominados, casitas, invadieron el territorio y finalmente hacia 1595 a.n.e un ejército de los llamados “pueblos del mar”, los hititas, invadieron el sur de Mesopotamia llegando hasta la misma Babilonia, inaugurando un reino de caos dispersión y desorden en toda el área.
El fin de la hegemonía  Babilónica y la invasión de los pueblos indoeuropeos, trajo como consecuencia, la irrupción de un nuevo pueblo que dominó  toda Mesopotamia, convirtiéndose en un gran imperio militarista y expansionista, surge así el  Imperio Asirio (1200 – 609 a.n.e), los asirios habían vivido en la zona norte de Mesopotamia, por mucho tiempo aislados, la conquista e influencia de acadios e indoeuropeos provocó en los asirios un gran salto en su desarrollo cultural, y económico.
El denominado Imperio Asirio, basó su economía en el comercio, controlado por grandes familias de Assur y otras ciudades; también destacó en agricultura, con especies como el cereal y la palma datilera; en ganadería con los vacunos y los caballos y finalmente tuvo en la guerra otro medio de acumular riqueza. Su amplio aparato estatal (guerreros y burócratas) fue solventado gracias a múltiples impuestos, tributos, botines de guerra y regalos, exigidos a los territorios conquistados en sus continuas campañas militares. En el plano ideológico, la religión jugó un papel importante, haciendo que un dios tribal, Assur, se convierta en única divinidad protectora de la monarquía y el estado, justificando y racionalizando toda acción del estado en política y especialmente en la guerra.
Entre los más representativos gobernantes destacó el rey Asurubalit, quien liberó Asiria del dominio Mitani (indoeuropeos), para luego Adad Ninari III (911 – 890) reorganizar el estado e iniciar una política expansionista imperialista por todo el medio oriente; bajo férrea dirección del rey Tiglaspileser III (745 – 727), Asiria se convirtió en  una máquina militar con un alto grado de perfeccionismo, llegando incluso a dotar de todo el ejército de armas de hierro. De esta forma bajo acertada dirección centralizada se generó uno de los ejércitos más poderosos del mundo antiguo.
Finalmente un último gran gobernante Asirio fue Asurbanipal ó Sardanápalo (669 – 627 a.n.e),  el cual fomentó las artes y letras, llegando incluso a formar una gran Biblioteca donde reunió los documentos más importantes de las civilizaciones Sumerio – Acadia Babilónica y Asiria.
Las pugnas entre grupos de poder en Assur, tuvieron el apoyo de pueblos conquistados y fronterizos como babilonios, arameos y elamitas. Todas estas contradicciones internas y externas, generaron continuas guerras, que exigieron enormes esfuerzos del aparato militar asirio, lo cual agotó sus recursos, produciendo el decaimiento del poder imperial. La decadencia asiria fue aprovechada por el rey de Babilonia Nabopolazar quien en asociación con el rey medo Ciaxares conformaría una alianza militar que derrotó definitivamente al ejército asirio, cayendo la capital Nínive en el año 612 a.n.e
Así se conformó un nuevo periodo en la historia de Mesopotamia conocido como Segundo Imperio Babilónico (612 – 539 a.n.e). Este último momento en el proceso histórico de Mesopotamia tiene en Nabucodonosor II el grande (605 – 562 a.n.e) ha uno de su más importantes monarcas no sólo por el embellecimiento y esplendor de la capital Babilonia, sino por que extendió su dominio hasta Siria, derrotando al Imperio Egipcio en Karkemich (Siria), y la costa del Mediterráneo conquistando a judíos, destruyendo Jerusalén, y llevándolos en cautiverio.
Derrotada Asiria y bajo la correcta dirección y liderazgo de Nabucodonosor II, Babilonia nuevamente floreció y como imperio extendió su control sobre la mayor parte de Mesopotamia. Sin embargo la muerte de Nabucodonosor II, generó que Babilonia ingrese a una constante lucha por el poder entre los miembros de la elite dominante, Nabónides (556-539 a.C.), uno de los gobernadores de Nabucodonosor II se convirtió finalmente en rey de Babilonia y asignó el gobierno de Babilonia a su hijo Baltasar quienes no tuvieron capacidad de dirección. En 539 a.n.e  finalmente los babilonios serán derrotados por el rey persa Ciro II el Grande,  quien conquistó y dominó Mesopotamia hasta el siglo IV, para luego finalmente caer en poder del ejército de Alejandro Magno.
El proceso histórico de Mesopotamia presenta ciclos de dispersión y contracción que hacen posible un mayor nivel de análisis y comprensión de su desarrollo histórico. De esta manera, a través del estudio de la contradicción, ley fundamental en el desarrollo de toda la humanidad y la naturaleza, se puede llegar a la comprensión y el conocimiento de cualquier fenómeno social.